27 jun 2012

VERANO EN PLATJA D'ARO. Original de Elisa R. Bach www.homeo-psycho.de

VERANO EN PLATJA D'ARO

 

Por fin la columna se movió

sin que nadie hubiera dado la señal

y la autopista quedaba libre

después de haber estado sujetados

por una tenaza de cuatro horas y media

 

como si un imán obligara a tú corazón a volver

                                                           a Platja d'Aro.

 

Mirando de más de cerca,

con ojos despreocupados,

se hubiera podido ver a dónde conducía

ese camino orlado de estrellas,

aunque desde las terrazas se ve cómo

 

el verde resbala en forma de brillo de palmeras.

 

Ahora, ya puedes decir como todos:

"Si semejante calor continúa todo se acabará;

incluso el humo de los incendios

no sabe ya a dónde ir". En pleno día

se puede decir muchas veces que es de noche

 

si nos olvidamos de la tormenta de luz.

 

Aunque sólo sea una amenaza ya no se respira

en este rincón como en primavera; el vaticinio

de más fuertes golpes de calor predice que

todas las olas dejarán de correr por la playa,

que no habrá más que sal por doquier y será el fin.

 

Un día el Lago de los Sueños será el Mar Muerto,

 

pero de momento los que tienen miedo

se detienen bajo los árboles de la playa

para mirar hacia atrás y recordar

que aún es el viento el que se mueve

y las veletas indican como un dedo

 

la dirección de los pájaros que alzan el vuelo.

 

Pájaros más grandes de lo normal:

Gaviotas blancas danzando en círculo

y otros menores que vuelan en bandada,

en formación de punta de lanza perfecta

se confunden con la música suave de Chopin

 

desprendida de la antigua tienda Mar Franc;

 

otros desearían oír la obertura de Von Karajan

"así habló Zarathustra" al sentir

el calor que sube en bloque,

al oír cómo el sol se baña con los niños

que no habían venido desde el año pasado,

 

bajo la mirada de sus madres divorciadas:

 

Uno salpica al otro y ríen. Ellas aburridas

pueden bostezar ante la Eternidad que continua.

Todo el mundo se sobresalta

con igual impaciencia y el malestar aumenta

en la cortejada Platja d'Aro

 

al no poder aparcar frente a la playa. Eso es el mundo.

                                      Elisa R. Bach
                         www.homeo-psycho.de

 

 

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