29 jun 2012

PALABRAS MISTERIOSAS COMO ESTRELLAS. Poema de Elisa R. Bach www.homeo-psycho.de

PALABRAS MISTERIOSAS COMO ESTRELLAS

 

Lo inexplicable de alguna frase de las tuyas

que no hemos entendido en su tiniebla,

se ilumina a veces con tal centelleo que nos ciega…

Es precisamente lo real lo que es metafísico…

Pero a los amantes no les gusta, cuando,

 

entre la adivinanza y la posibilidad de adivinar,

 

la sagacidad quiebra con suavidad

sus aguijones… Al pie de la letra

con su mejor caligrafía

se abrazan y se besan

y no intuyen que hasta el peligro

 

pasa a ser costumbre e indiferencia.

 

O de lo contrario deberían desaparecer.

Marcharse sin el dominio del horror,

pero con toda seguridad

en aquel silencio descalzo

que se nos acerca con una invitación floral

 

y dice simplemente: ¡Basta!

 

Pero como ya sabes, el verdadero amante

establece una tregua con el retrato

y raramente lleva hasta el espejo el gallo

de una palabra todavía no iniciada,

un escándalo no acordado y una alegría inexpresada.

 

Toda idea es atractiva. Hasta la idea del Amor sin medida.

 

Deja que dure, pues, la noche, aunque la última piedra

que le queda al constructor de faros tenga que

llevarle a la ruina. ¡Que dure la noche,

aunque en las obras ferroviarias del AVE

bajo tierra –como palabras misteriosas-

 

tengan que apagar la primera luciérnaga!

 

¡Que dure la noche en que la escoba

de una estrella fugaz haya barrido hace tiempo

la caída de los ángeles de todos los jardines

al bosque de difuntos! El corazón es gravedad…

La razón sólo peso… Hasta en la inocencia póstuma

 

seguimos siendo tentados. ¡Que dure, pues la noche!

                                                        

Y dura…Sólo un lugar brilla:

el agua de la cala estancada,

gruta uterina del infierno y los celos

con punzadas en la virginidad de la música,

más crueles que la violación de una virgen.

 

Si algún ángel luchara por nosotros,

 

diría lo mismo que nosotros: Así que estás aquí,

con los reparos propios de la primera vez. ¿Por qué

subiste a la barca?¡Cómo es posible!¡Ven!

Pero tú, puesto que por ti lucha Eva, contestas:

Quise tocar las estrellas con la mano, pero,

 

temo a las palabras que salen de la boca de un loco.

                                                                    Elisa R. Bach
                                                       www.homeo-psycho.de

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