30 ene 2015

Llueve y hace frío, pronto comenzará a nevar

      
 EL  REGRESO  COMO  PESADILLA

Llueve y hace frío.
Te sientes como en un viaje en autobús hacia la nada, como un arroyo ciego que en el vapor del cristal va tachando las fechas húmedas;

como el último baño
de tu piel las calles se atragantan deprisa y en los finísimos hilos del invierno el cielo muerde, las estrellas tiemblan, padecen una terrible y débil agonía;

lejos de los claustros
llevas un lugar cosido a las espaldas, un arquitrabe inmaculado y frío
para cerrar los ojos y vivir a veces, una mujer herida como el orgullo de las arañas aroma café con leche y bufandas que aguardan algo indescriptible.

Si tuvieras que volver
de nuevo al Monasterio, elegirías un último pedazo de tiempo en este París de dilatadas letanías bajo el sol de invierno y la humedad invadiendo el interior de las personas con sus gotitas de agua resbalando también hacia la misma incertidumbre.

Si te vieras obligada a regresar
de nuevo al Monasterio mirarías por última vez los restos de verdura en el mercado, la resina ácida cayendo sobre la corteza de pinos y álamos.

 ¡Ah! Si sólo pudieras olvidar
aquella pesadilla… volvería a ti la locura silvestre que impregna la metamorfosis de esta ciudad que renace cada mañana.

Por suerte
cuando abres los ojos te alegras de haber huido ya sin sandalias ni un crucifijo mojándote los labios.

De todas formas,
con pesadillas o sin ellas ya no necesitas medicamentos para que deje de doler tu soledad lejana para acallar tu búsqueda incesante, tu libertad como locura definitivamente; tu vértigo, mejor que el alcohol, limpia tus arterias y tu alma.

                                                                Johann R. Bach

1 comentario:

  1. Recuperada la consciencia de su soledad se ha dado cuenta de que la vida sigue, y que vale la pena una sonrisa después de un letargo interiorizado de melancolía.....>_<

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