19 dic 2014

Arrodillado -con música de jazz en mis oídos- entre tus piernas como el centauro Quirón

                                  EROS

Todo sucede

como si descendiera del brazo de los pulpos el armazón, la carne y las costillas del navío que vuela sobre las volutas de la tormenta:

 

es la permanencia del deseo;

el deseo, mano de hierro, que mantiene el timón, ferozmente lanzado hacia las playas de las ligeras lanas de tu vestido.

 

Arrodillado

-con música de jazz en mis oídos- entre tus piernas como el centauro Quirón

 

mis ojos descendían

–entornados los ojos- como un imán al centro más ardiente de tu cuerpo. 

 

                                                                   Johann R. Bach

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