8 mar 2013

CONSEJOS DE MARTA GUILLAMÓN.

CONSEJOS DE MARTA GUILLAMÓN

 

Cuando Marta Guillamón comenzó

a estudiar bachillerato ya tenía, como todos sabéis, pelos en el sobaco. Era un tiempo en que los profesores confundían el retraso en los estudios con el retraso mental.

 

Trataban a Marta

como si fuera una niña de diez años e ignoraban que era una gran conocedora, entre otras cosas, de toda clase de geografías (físicas, políticas, humanas…).

 

Podía dibujar las curvas de nivel bajo el mar,

medir con un teodolito el paralaje de lejanas estrellas, señalar en un mapa mudo un pueblecito como Hornachos de La Sierra, recitar de memoria todos los pueblos costeros desde la frontera francesa hasta más allá del Delta del Ebro.

 

Asombraba a sus compañeras de curso

describiendo las formas los cielos con colores desconocidos aún por ellas como las tonalidades de cian, del azul cobalto, las del azur, las fucsias o las sepias.

 

Advertía a sus asombradas compañeras

que si querían aprender a escribir debían comprender antes cosas como el aspecto cerúleo de la cara de los anémicos, el estado cianótico de uñas y labios de los envenenados, el ceniciento del pelo de los ancianos…

 

Les conminaba a observar

cómo se mueve un culo confinado en el índigo de unos vaqueros sobre el ocre de un paisaje en otoño o a distinguir las tonalidades del color burdeos de los autos del BRG1 para conquistar la admiración de los chicos.

 

Podía describir el recorrido

de los ríos importantes de todas las cuencas de la Península Ibérica con sus afluentes y cuáles eran los ríos que pasaban por las capitales de provincia como el Carrión que pasa por Burgos, el Guadalmedina que pasa por Málaga, el Nervión con su ría, por Bilbao, el Torio que se une en León con el Bernesga… y así con las cincuenta provincias. 

 

Podía señalar con la punta de un dedo

la temperatura en cualquiera de los puntos del gradiente humano: solía decir que la temperatura de la lengua es distinta de la del ano o de la vagina.

 

Le gustaba que le preguntasen

cómo se podía mantener constante la temperatura de los testículos. Le divertía observar cómo abrían los ojos las otras niñas del Instituto al explicar el movimiento continuo del escroto alejando o acercando los genitales masculinos al cuerpo.

 

Sobre todo –les decía Marta Guillamón-

no descuidéis el aprendizaje de palabras bonitas. Las podéis encontrar en la poesía y os pueden ser muy útiles aunque sólo sea para oírlas resonar en vuestras propias sienes.

 

Vuestras voces, vuestras miradas

ensayadas ante el espejo, junto con vuestras sonrisas pueden llenar de dulzura todo aquello que os ha de rodear incluyendo, llegado el caso, el jardín de la nostalgia.

                                                                                     Elisa R. Bach
                                                                           www.homeo-psycho.de

 

(1)    BRG ( british racing green - el color verde de los autos de carrera ingleses)

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