LA SOLEDAD DE RASPUTÍN
La soledad no monta a caballo;
es su enemiga: galopa más rápida
por playas, autopistas y áridas planicies.
Cantó por boca de Rasputín, gritos
o silbidos a lomos del viento.
Su soledad sonaba en su fusta:
con arsénico en las venas y
la sangre desbordándose por los ojos,
galopar de caballo y corazón
eran uno sólo. Su hambre de sexo,
el ruido de los cascos,
el chirriar de las cicatrices de sus manos,
el polvo blanco, desprendiéndose
de cejas y barba, su voz de solitario
con el labio belfo apretado,
las narinas impregnadas de heno
y los campos de girasoles...
Nota: Si quieres leer el poema completo
entra en la web www.homeo-psycho.de y
lo pides entrando en el link de "Contacto"
No hay comentarios:
Publicar un comentario