El resentimiento
Crees que tienes la culpa
porque nada te protege del desencanto.
Sin embargo todo te dice
que evites hacer la suma
y observes la luz que invade el cielo.
¡Tal vez mañana no sea el final!
Vive el resplandor del atardecer,
la hermosa cabeza de brusca mirada,
la seca sonrisa, la piel como nieve,
el ojo turbio como el rio que sale
por vez primera del hielo,
la fría luz de esta vida en diciembre.
Por eso vas al mar,
quizás sus caricias
calienten en nuestro abrazo.
Abandonaste tus paseos
a conocidos parajes arqueológicos.
Ya no encuentras huellas
del consuelo en las ruinas,
en aquellas mismas piedras
en donde ayer te sentabas.
En eso piensas, no en atenienses
del siglo quinto antes de Cristo.
Tampoco Karnac o Delfos valen la pena.
¡Es tan evidente que te fuiste
por resentimiento, por una venganza
que sólo a mí puede dañarme!
Evita hacer la suma
y observa la luz que invade el cielo.
Elisa R. Bach
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