Como un caballo de Troya
Llevas la muerte
dentro de ti como un caballo de Troya
que recogiste
en una playa mediterránea
de una Barcelona que no olvidas;
la desafías
cuando te levantas y almuerzas,
cuando subes a tu auto
o tomas el aromático primer café del día.
Gozas de salud un día más
y das las gracias
por vivir en el mejor de los mundos
y con desmesura te dices que le amas.
Sabes que pueden venir días
quizá más tristes en que te sentarás
alrededor de una mesa para recordar
con los tuyos que fuisteis todos felices
en largas mañanas de verano
coronadas de risas.
Te sientes amada y eres para alguien
la Dama de sus Sueños. Te sientes
como el coral que emerge del fondo del mar
en un último esfuerzo por seguir respirando
la brisa marina cargada de sal yodada
y oxígeno como el de sus besos.
Llegará el invierno
y Él envejecerá esperándote,
y durante ese tiempo serás
su dulce recuerdo
y la inmensa alegría
de haberte tenido en sus brazos.
Joan R. Riera
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