La horizontalidad bajo los olivos
Mejor es dormir apaisadamente
en decúbito supino
como el mar, o sentada
bajo un olivo con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales
y amor materno,
refloreciendo de año en año,
y reluciente, despertar
bajo el éter fresco y azul.
Y sin embargo un geotropismo
nos obliga a la efímera verticalidad.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad de uno,
la temeridad de las otras.
En noches como esta,
en luz infinitésima de estrellas,
árboles y flores
han esparcido su frescura silente.
Yo entre ellos sueño, no me ven;
cuando duermo a veces pienso
que soy su hermana más que nunca:
mi mente se relaja.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta;
y, así olivo y romero me acarician
con su aroma y me ven.
Elisa R. Bach
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