25 dic 2018

Fragmento final de la novela "Estudiante soldado calderero"


SÚPLICA A LOS DIOSES DE UN POETA

No vio demasiado:
la gran ciudad y sus decepcionantes afanes de riquezas, y, otras pocas, poblaciones menores,

una cordillera de altas cumbres
fruto del choque de la placa tectónica africana contra la europea, un cielo azul gastado de ventanas y una isla calificada de paradisiaca.

Pisó el umbral de una doctrina
buscando el acercamiento a Dios; en su empeño conoció la dulzura de las uvas a costa del dolor de una hermosa herida: a pesar de haber olvidado el tiempo de su infancia junto a olas levantadas por el viento de tramontana, una vez tocó el mar y sus sales.

Poseidón, Eolo, Atenea…
dadle la gracia de un día luminoso y una sublimación de sus huesos que nos hablen con corazón certero.

Y a vosotros Baco y Narciso,
poseedores de grandes cubas de vino y pequeños frascos de afeites, no os pido su libertad pues la libertad se arranca ni tampoco os pido amor para Él porque el amor es la sombra que no queda, sólo os pido la luz de un día blanco y tibio, y que le permitáis antes de la suspensión coloidal de sus metales en el éter del Cosmos, como un deseo virgiliano, quemar todos sus versos…

A todos vosotros,
dioses que habitáis en su mente, os pido que bajéis como una niebla, hasta el pie de algún olivo y cubrid sus labios con musgo y fina hojarasca:

¡Perdonadle el haberse aferrado
al calor silencioso de este planeta!


¡Permitid a ese pobre vagabundo
soñar bajo los naranjos
como si fuera una mariposa cansada!
                                                                                    Blau Bosch

2 comentarios: