10 abr 2018

INTRODUCCIÓN A LA NOVELA "UN PAISAJE APENAS OLVIDADO" de Johann R. Bach


INTRODUCCIÓN

La caligrafía es,
en palabras de Ermessenda la narradora, una variante del impulso primitivo de ocupar superficies con tramas de forma y de color; superficies que se convierten, en porcelana fina o en jarrones de obsidiana o, en ambos casos, en volúmenes capaces de abrir las puertas de la percepción, de arrojar orden y claridad sobre la mirada -la conciencia- de quien las mira.

El signo inscrito, por tanto, es menos una mancha que una grieta por la que pasa -por la que ha de pasar- la luz y que convierte al lector o espectador en cámara oscura donde esa luz revela un mundo. De ahí que Ermessenda como escritora, mire siempre con envidia el taller del pintor y añada a sus escritos imágenes a modo de alegorías al tiempo que denuncia la parte oscura de los cuadros en los que sólo se ve la belleza de un paisaje. 

En la presente obra "Un Paisaje casi olvidado" se recoge la necesidad de la metafísica, en cómo entre los primeros hilos de luz envuelta en la tensa bobina de sus versos, en la que las palabras se arraciman como frutos del bosque que se van comiendo uno a uno. Ermessenda atribuye su inspiración a ese estar saboreando palabras que de tan juntas, tan apretadas, cobran un sabor de familia y que, de viva voz, se comparten con el aire, con la lluvia, con la nieve…

Es "Un paisaje casi olvidado" un lamento y una envidia de la  niñez de aquellos que al entrar en una papelería sienten nostalgia de la dimensión física o artesanal del trabajo creativo que apenas comparece en la escritura más allá del golpe de unos dedos o el avance de la tinta por la página. Una envidia antigua también en ellos, que se renueva al admirar un escaparate con sus plumas y bolígrafos, sus libretas y cuadernos, sus cajas de ceras y lápices de colores, sus reglas y compases, su inmenso surtido de carpetas y estuches y archivadores…

Una envidia de algo que es más que la felicidad infantil de estrenar libreta nueva: Es la propuesta al comprador de un mundo feliz, una asepsia colorista y juguetona que se opone a la suciedad de la materia prima y la neutraliza con tal éxito que acabamos viendo la tinta, el papel, el cartón pintado…, como emblemas mercantiles de pureza. En realidad todos esos objetos cumplen una única función: envolver el caos, o mejor dicho: volverlo presentable a fuerza de esconderlo tras un alegre tapiz.

Ermessenda, con esta obra, pone en nuestras manos unos cuantos fragmentos de la historia de un planeta desconocido, con el pavor de sus mitologías, con sus mares, con su álgebra y su fuego, con su controversia teológica y metafísica. "Escribir -confiesa ella misma- es para mí, el mejor medio para combatir la imperfección y la oscuridad de la vida. Sus intrigas, como caminos ocultos, nos hacen soñar …, la sorpresa, el desconcierto y el asombro. El Ángel Montserrat, ser de ficción quiere tener una vida real, mientras que muchos lectores -seres reales- buscan en la lectura vivir una vida de ficción".

                                                                                              Johann R. Bach

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