ESCRIBIR CON DEDOS DE MARFIL
Sus dedos de marfil
están dotados para un tacto especial para el bolígrafo y el papel, como manos que invocan otras manos.
El resto de su figura
es como un tronco quebrado, cargado de años, casi un manojo de astillas, pero vivo aún.
¿todavía la naturaleza le da
un respiro para seguir escribiendo?
Mira cada tarde
su pasivo existir nostalgia de otra lluvia, permanencia sin pasión, tranquila frente al horizonte;
escribe como un juego
para aplazar su viaje hacia (el Ápex) la estrella Vega pues resbalan los astros en la noche
en un vuelo incesante sobre el vacío,
navegando por senderos silenciosos.
Resbalan la luz y
las horas hacia la sangre del horizonte y la desnudez de la oscuridad.
¡No! –suele decir-,
no es vida ni pasión generosa lo que la naturaleza nos ofrece, es tan sólo otro sueño –la luz no engaña-,
otro maravilloso sueño,
un reflejo, espejo inútil del tiempo y su miseria, ritual de otra claudicación en el mismo escenario.
Y mientras el tiempo no encuentre donde reposar
persisten los ojos en la noche,
y, sus dedos de marfil
siguen escribiendo sobre el papel como manos que invocan otras manos.
Johann R. Bach
Dedos de marfíl que transforman en maravillas cada átomo de que nos rodea haciéndonos ver nuestro munto bajo un punto de vista diferente, con otros ojos y otra mente
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