21 mar 2013

VIAJE A LA ANTÁRTIDA de la novela "Suite de la Antártida"

               VIAJE  A  LA  ANTÁRTIDA     

 

Sabes bien

que no has decepcionado del todo

a aquella joven que fuiste: muchos de sus sueños, inquietudes, aspiraciones se convirtieron en excrementos para olvidar en el estercolero, pero

 

del impulso inicial aún te quedan fuerzas.

 

De no ser así,

no hubieras sobrevivido: el aroma que vas dejando a tu paso es aún fresco como el del agua de mar que baña La Antártida;

 

sigues transformando el mundo

con ciertos hechos cotidianos como saludar con la sonrisa por la mañana, recordar los pensamientos de Kant y Descartes y amar con la mirada

 

aquello que te es inalcanzable.

 

Tus sueños son como los aparejos y las crines

de los grifos1 dorados que se oyen lejanos en la oscuridad, al estar sola,

entre remos y luces de pescadores… mientras flotas en el viento de Puerto Williams dispuesta a embarcar y partir para la isla Decepción.

 

¡Cuántas veces esa triste nave de tus sueños

partió sin ti, con su espectacular monotonía; con sus bronces y sus juegos de agua llenos de música: el brillante clamor de un ritual de gracias escondidas y

 

una sabiduría tan vieja como el mundo!

 

Aunque también alguna vez, hiciste el viaje

intentando convencerte a ti misma de que eras dichosa y te repetías a cada golpe de remo: aquí termina el reino de mi cuerpo.

 

Y lo hiciste sin guardar rencor;

con un deseo inhábil que no colman las acrobacias de la voluntad, y con cierta ingratitud no muy profunda.

 

Tenías entonces demasiados críticos

acercándose a tu piel como si fueran trampolines. Demasiados cayendo de nuevo a la laguna de sí mismos.

 

Entretanto tú ya habías sentido

en cientos de ocasiones aquella fogarada leve y breve que recorre el cuerpo de pies a cabeza por un contacto casi imperceptible, a flor de piel, por una mirada que te hace sentir de repente el alma desnuda invitándote a un viaje a tierras desconocidas.

                                                                                                         Elisa R. Bach                                           

(1)     Grifo: animal fabuloso, mezcla de león y águila
 
NOTA: Otros escritos en la web www.homeo-psycho.es

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