DENTRO DE UNA ESTRELLA TRIPLE
escondida entre tus viejos libros de oraciones
como la mecha que prende
el paquete de dinamita. Tu corazón
estalló. Risas y lágrimas cubrieron tu rostro.
De repente cobraste ánimos y fuerza centrífuga
Tu pensamiento –te dijiste- puede llenar el mundo.
Sentiste cómo nace la carne informe,
cómo el azar que se entremezcla
con la esperanza de vida, espera.
De pronto los astros sollozaron contigo
y la luz empezó a despedazar su boca lentamente,
lo aparentemente discontinuo se grababa,
también dejaba paquetes de sonidos
y al pasar el horizonte excavó el cielo,
enterró grises y amenazadoras nubes.
Los colores repetían dimensiones que
no eran pensadas por tu cerebro transparente,
cristalizaban en el ámbito espectral de las estrellas,
en sus centros candentes;
y, la cicatriz de tu vacuna
que aquella vez en la antesala… se reabrió.
Aquella mujer que fuiste, y renació
mientras el mundo sea mundo,
no dejará de dar saltitos
sobre uno y otro pie, para calentarse…
Así saltará también tu libertad
entre los espacios de la triple estrella Próxima Centauri; y,
el Monasterio no ha sido más que un diminuto rincón
donde , entre envidias, celos y torturas,
has acumulado pensamientos
sin saber a quién atribuir la victoria,
y mientras tanto sientes qué sola estás,
separada por la cara muda de las puertas
de las que escaparás llevando contigo
una única hoja de una carta de amor.
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