MÉTODO PARA REJUVENECER
Eras como la palabra dulce
que camina abriéndose paso, lentamente, sobre la alfombra roja de la lengua.
Te tomabas tan en serio
que discutías hasta en sueños y agitabas tus brazos como si pintaras en el aire la puerta (la solución) por donde salir o huir de la persecución de los políticos agresivos.
Al despertar te dabas cuenta
de que la puerta de tu habitación sólo conducía a otra estancia –llamada normalmente pasillo- llena de puertas entre las que debías escoger.
Tenías la sensación
de que cualquiera de aquellas puertas conducía a un callejón sin salida a un espacio -como el baño, por ejemplo- o a
un lugar virtual –una calle, un bosque-
donde las palabras a emplear perderían mucho de su poder balsámico.
Dentro de tu alma rebelde
reconocías que algo debías ceder para que todo fluyera, pero no quisiste nunca cerrar tus ojos a todo aquello que repudiabas aunque se tratara de la piel donde trabajan las arrugas.
Cuando comprendiste
que todo fluye, cambia, crece y se expande irremediablemente en el Universo preferiste desviar tu mirada y ver cómo el viento mueve redes y cabellos, el perfil de las dunas;
cómo las aguas rompen
contra las rocas, labrándolas; cómo los mares ascienden o descienden según las órdenes de los astros;
cómo la sangre hierve
bajo su sol doméstico y enlentece los latidos después de haber echado los dados.
Así comenzaste
esa nueva etapa de la vida en que cada mañana al oír los trinos de los pájaros y su voz anhelante cómo el ánima de un violín casi humana te recordaba que estabas sola y no había tregua.
Aprendiste a negociar hábilmente
tus verdades y mentiras en el altar de esa ficción que llamamos supervivencia,
a rastrear tu rostro
en el embuste del espejo y ver tras tu máscara opaca que envejece sin prisa, cómo tus latidos bailan al son del amor única medicina que rejuvenece.
Nada externo a ti puede amarte ni hacerte daño,por que nada externo a ti existe.
ResponderEliminarUCDM