1 nov 2011

NIEBLA EN EL CADAQUES DEL 55

Niebla en el Cadaqués del 55

No aparecía aquellos días la luna
a contemplar el último canto
sobre las vides saciadas de lluvia
de una noche no atormentada
por la oscuridad y la tramontana.

Tumbada junto a tu hermana
casi podías escuchar la marea
de su sangre en tu piel;
con la luz apagada saltaban los latidos
de su corazón acariciando el tuyo.

El Cochero se había ocultado
tras las nubes y el faro de alfa-Auriga
no podía guiar a nadie en medio de la desolación
que caía como un manto cubriéndolo todo.
Estampa del invierno sin viento

del Cadaqués del 55

Deformes y viejos los campos cantaban.
Frente a tu soledad
se alzaba seriamente
un panorama conocido
de edificios sin luna:

lucecitas tenues y suaves
de aquella madrugada
con pescadores tristes en el mar frío
y puntitos brillantes en las farolas de la calle.
envueltas en tela húmeda.

Parecía que los días pasaban despacio,
pero no tardarían en llegar las lluvias,
la nostalgia creciendo
como crece el amor con los años.
Alguien recordará el largo invierno del 55.
                                                Elisa R. Bach

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