13 oct 2011

Este año a diez de octubre aún es verano en Cadaqués

El poema "Me ha tocado escribir", publicado esta semana en "Niños a la deriva", me ha revelado lo que podría ser el origen del gusto de Elisa por las matemáticas. A pesar de que no entendía los problemas que su padre le planteaba, puede que adivinara que detrás de aquellos "rollos" había algo ingenioso digno de ser estudiado: una chica intuitiva y muy lista. Los versos de la última estrofa, "para mí quererte/ fue como respirar, de fácil" son de los más maravillosos que una hija puede dedicar a un padre. 
 
La Profe de Mates
 
 Me ha gustado cómo, en el capítulo 21 Elisa sigue deleitándonos con el recuerdo de su precioso Cadaqués en el que está la misma casa de ventanas azules con la puerta de agosto y la de febrero. Me gusta su insistencia en relatarnos el ambiente de un paisaje amado, conocido y sereno: el vivir de sus gentes que "saludaban al mal como a una extravagancia del atardecer" es como un bello canto a la calma del pueblo en contraposición al enervamiento de la ciudad. El sonido de la campana que la conecta con el mundo actual, el de las sillas metálicas, también a mí me hace descolgarme, a mi pesar, de esa atmósfera encantadora que crea su minuciosa y sensible narración.
 
Marta

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