21 ene 2018

Tampoco tuve tiempo para la melancolía


UN TIEMPO PARA LLENAR LA NADA

Debo decir, aún a riesgo de hacerme pesada,
Que mis batallas no ocurrieron en Las Termópilas, sino precisamente en el miedo paralizante.

Tampoco mis descubrimientos
estaban relacionados con el de américa o el de la pólvora sino que se enlazaban a una fuerza interior que nunca me abandonó: la esperanza de que un mundo mejor era posible.

Al llegar a aquella humilde estación de Montcada
mi vida tomó bruscamente otro derrotero, de forma casi providencial como cuando cambian las agujas de las vías del tren.

Durante siete años se me olvidó respirar,
toser, vomitar, estornudar, ver, oír, llorar, producir leucocitos después de la regla, apretar las piernas para sentir el orgasmo; se me olvidó protegerme del frío o del calor, que mi cabello iba creciendo y que mi lengua, con sus papilas, tenía que saborear la comida. Se me olvidó pensar sobre mi destino en la tierra…, buscar a alguien a quien amar…

Tirada en la cama de una sencilla habitación
como un estatua románica en su sarcófago amarilleando las sábanas con mi sudor, leí casi hasta la ceguera y la esquizofrenia libros y libros periódicos y periódicos…

Durante aquellos siete años
en mi mente no hubo espacio para los cielos reflejados en los charcos en primavera ni para detenerme a observar los humos de las fábricas ascendiendo detrás de la montaña cercenada por el hambre de cemento del Mundo Industrial.

Tampoco tuve tiempo
para la melancolía delicada de la lluvia: en la lengua se me pegaban las citas de mis autores preferidos; cuando levantaba los ojos de la página, -en la habitación sumergida en el ocre-rojizo de los atardeceres- veía las letras tatuadas en las paredes: había poemas en el techo (apenas alcanzaba los dos metros de altura), en el espejo de la puerta del armario, en las hojas de los geranios que vegetaban en los tiestos de la ventana…

Yo misma escribí mi poema: el poema.

Era ese solo objeto de un tiempo
para llenar la nada.

                                          Ermessenda

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