23 mar 2016

-¿Te habrás aburrido no?


REGRESO AL JARDÍN

Buenos días amigo,
me alegro de volverte a ver. Veo que sigues ahí, en el muro, con tu costumbre de tomar el sol por la mañana temprano.

-Hola amiga
–contestó con su ronca voz el viejo lagarto-, estaba preocupado por tu ausencia. ¿Te ha pasado algo que te ha mantenido lejos del Jardín?

-Me han operado otra vez de la cadera,
pero por fin me han soltado otra vez esos matasanos modernos. Mucho laser, mucha publicidad y pocas nueces. Y ya lo ves, no puedo olvidarme de esta silla de ruedas.

-¿Te habrás aburrido no?

No creas, podía contemplar el jardín
desde la ventana donde me tenían postrada y aunque era fría la umbría penumbra de esa clínica montada en una casa de piedra de esas de veraneo cuya estancia en ella la venden como un periodo de reposo, no estaba mal.

El silencio era tal
que desde una cocina que había al final del pasillo resonaba con fuerza el tictac de un reloj y al final hasta me parecía obtener compañía con su incesante medir el tiempo;

Y a menudo
me encontraba a gusto contemplando el trémulo follaje, las ramas, la maraña dibujada por la sombra sobre la pared encalada de aquella habitación como si fueran cuadros pintados especialmente para mí.

Ahora además del paisaje,
oigo la música del Jardín y mis añosos pulmones pueden embriagarse, libremente, con la poesía de la vejez y el viento.

                                                                       Johann R. Bach

3 comentarios:

  1. Qué bien suena la música del Jardín con la poesía de la vejez y el viento!!!. Es precioso, me ha alegrado la tarde que tan gris está por este mar. Muchas gracias.

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  2. Alentador.No sabía que hubiese poesía para la vejez sí para niños

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  3. Griselda Corni Fino
    17:33

    Pienso que para un anciano quizas sea mas divertido estasierse con las sombras en la pared que contemplar el mundo ,

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