26 sept 2015

No sé si me amas... porque quieres ser la muñeca de alguien...


Blues para Emilia 

(fragmento de la novela "El Origen de un Claro de Luna)

Cariño,
al leer tu carta siento algo extraño en mi corazón. Es algo contagioso de lo que me tengo que proteger.

Es algo parecido
a eso de despertarse con la boca seca; algo que me obliga a ponerme la mano sobre mi pecho.

No sé si me amas porque me necesitas…
porque necesitas un médico especial, individual, irrepetible… aunque sea viejo, sin poros en la piel y con los labios adelgazados; o,

porque quieres ser la muñeca de alguien
para tener siempre tu dosis de analgésicos, de antidepresivos, tu dosis de seguridad.

Das la impresión
–perdóname si soy descortés contigo- que quieres ser la muñeca de alguien para aliviar la angustia de tu pecho
siempre que me puedas presentar como un trofeo.
No importa como yo sea, ni siquiera si no soy más que un espejismo. Sólo te importa ser la muñeca de alguien…

para tener siempre tu dosis
de opiáceos y anodinos.

Lo de tu dosis de sexo
carece de importancia porque para ti la sexualidad no es más que la dosis de sexo que tu creas que, en último extremo necesito.

Cuando recibí tu carta
fui a una gitana para que leyera los surcos de mi mano mi futuro, y me dijo:

"Pobre poeta, eres un alma maldita, sin suerte"

Y tú diciéndome
que quieres ser la muñeca de alguien, para tener siempre tu dosis de opiáceos y anodinos, es decir,

para que tengas siempre mi dosis de amor,
dosis de amor que calme en el amanecer tu mal humor y por las noches te muestre como una princesa que me ha tocado en la lotería de Google.

Decididamente la gitana tenía razón:
Soy un alma maldita, sin suerte. Perdóname por el mal que te hice al no decirte que yo no soy más que un espejismo con los labios más delgados que la piel del mar. 

                                                Letra original de Johann R. Bach

Solamente en una ocasión vi en persona a Tía Emilia y poco oí hablar sobre ella y quisiera no juzgarla, pero tengo entendido que se casó con Ricardo porque fumaba cigarros puros y aquello le daba un aire de adinerado. La cruel realidad fue, según oí decir a mi madre, que era vago hasta para follar.


5 comentarios:

  1. Pobre alma de Tía Emilia entonces, no logró tener lo más bello que existe. EL AMOR DESDE DENTRO DE SU CORAZÓN...
    Vivir de apariencias deben de hacer a uno triste y amargado. >_<

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  2. COMENTARIO DE XANA

    Cuánta desdesperación en estas palabras saber si solo te necesitan para amarte ,y como no me gusta demasiado el verbo necesitar en estos temas ,diría solo para" amarte con mayúsculas
    "Ha habido y hay muchas Emilias que buscan el resplandor del otro por posición económica,inteligencia,protección,etc ,muñecas casi siempre bellas a las que algunos hombres también buscan como un trofeo de caza para mostrar a sus amigos y entorno Nada que reprochar si ambas partes entienden así una relación,y a la vez qué pena!!Lo más triste sucede como en este caso donde las necesidades vitales no van acordes Desequilibrio de emociones malditas de las que hay que salir....Sabes poeta,tienes esa virtud que de un triste jazz consigues mostrarnos sabiamente algo bello :aprendizaje vital

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  3. Como siempre es un magnifico escrito , de alguien conocedor del alma humana , amen del cuerpo .que tambien ,

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  4. Beba Mundet12:16


    Muñeca , no. Un juguete .

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  5. Beba Mundet12:16


    Muñeca , no. Un juguete .

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