23 sept 2015

He buscado desesperadamente al Hombre,


UN SENCILLO FINAL PARA UNA NOVELA



Hola Clara amor

Ya sabes que por fin vivo con pasión el amor masculino. Es placentero sí, como me decías siempre, pero me ha resultado todo lo contrario de lo imaginado por mi mente durante tantos y tantos años.

No te extrañe que te diga que desde que estoy con Victor ya no puedo escribir siquiera una página sin pensar en él, me duelen las piernas y los glúteos de los esfuerzos musculares y las vértebras crujen y parecen desencajarse en cada uno de sus abrazos. Me duelen los dedos, los oídos de escuchar sus suspiros y la piel de la cara irritada a causa de sus besos.

Después de flotar en esta atmósfera placentera ya sólo me queda pensar en cosas trascendentes: ¿Qué habrá, qué existirá allá arriba en el núcleo del Ápex? ¡Me gusta creer en todo aquello que brota de mi imaginación! Creer que allí se abrirá una vida nueva, que nuestra vida actual es larvaria, un compás de espera. Que el yo, puesto que existe, debe encontrar una forma de asegurar su permanencia como el aire en un claro de luna. Que me convertiré en otra cosa infinitamente más compleja. De lo contrario es absurdo y no encuentro espacio para lo absurdo en el proyecto del mundo el mejor de todos los conocidos.

Miles de millones de galaxias, campos imperceptibles, en fin, este universo que rodea mi cabeza como un aura no podría existir si yo no tuviera que conocerlo en su totalidad, poseerlo, ser él. Esta noche acurrucada junto a este amor que sosiega mi alma como nunca, bajo el edredón, he tenido una especie de visión:

Acababa de nacer de un vientre alargado, sangriento, indeciblemente obsceno, que me había expulsado con un movimiento rotatorio. A una velocidad próxima a la de la luz, dejando atrás restos de lágrimas, linfa y sangre, me adentraba en la oscuridad próxima a un lugar cercano a uno de esos monstruosos agujeros negros. Y de repente, en el borde de la noche, se planta ante mí un inmenso Rostro de Luz, tan gigante que no cabía en mis sentimientos ni en mi entendimiento. Me dirigía hacia su enorme pecho y los rasgos de su severo rostro escapaban hacia arriba y se combaban en el límite de mi campo visual.

Poco después no veía más que la gran luz amarilla de su pecho; lo he atravesado rodando y, tras una travesía infinita a través de su carne de fuego, he salido por su espalda. Al mirar atrás, mientras ascendía volando, he visto aquella colosal imagen derrumbarse boca abajo hacia la derecha. Ha ido disminuyendo poco a poco hasta desaparecer, yo me encontraba de nuevo sola en aquella noche sin límites. Al cabo de un tiempo imposible de calcular, en el margen de mi campo visual se eleva otra imagen enorme, idéntica a la primera, pero de aspecto más femenino. La he atravesado también y he seguido adentrándome en el vacío.

Luego, tras una eternidad, ha aparecido otra imagen La Tercera. La hilera de imágenes, al mirar hacia atrás iba en aumento. Eran cientos, luego miles, se derrumbaban postrados a veces en decúbito prono (boca abajo), a veces en decúbito lateral, alternativamente a izquierda y a derecha como si fueran los dientes de una gigantesca cremallera de fuego. La verdad, Clara, aquello me extrañó, pero seguí dando pábulo a mi sueño y al abrir la cremallera en mi vuelo, he desvelado el pecho del Hombre verdadero.

Al darme la vuelta, carbonizada por su luz, me he elevado tan alto por encima de Él, que me ha sido concedido poder verlo en su integridad. ¡Qué hermoso era! Su torso peludo, como de toro, extraordinariamente erótico, con senos de mujer. Su rostro era joven, casi barbilampiño, coronado por la llamarada de una melena peinada en miles de trenzas y adornada con cientos de pequeños animales marinos; las carenas, anchas, cobijaban su poderoso miembro viril.

Todo él, de la cabeza a los pies, era sólo luz. Tenía los ojos entreabiertos -esos que en mis escritos los denomino "ojos de té"-, sonreía de forma extática y con un punto de tristeza y justo a la altura del corazón, bajo el precioso y femenino seno izquierdo, asomaba una herida terrible. Entre los dedos de la mano derecha sujetaba, con un gesto indeciblemente gracioso, una rosa roja. Flotaba así, tumbado, en un espacio que se esforzaba por abarcarlo, pero que parecía absorbido, abarcado por él...

 Me he despertado con mis labios chorreando saliva sobre el pecho de mi amor, con un sollozo seco, casi senil. Dime Clara: ¿Que puede hacer una mujer que ha dedicado la mitad de su vida a desentrañar el misterio de la enfermedad y el amor? ¿Tengo que asumir todo eso como un hándicap y tener el valor de reconocerlo?. De ninguna manera. Que en mí, la enfermedad y el amor iban de la mano lo he sabido desde el principio, pero con la astucia de un animal acosado -tú lo sabes bien mi amor- he ocultado mi juego, mi postura, mi apuesta a todas las miradas excepto a la tuya.

He buscado desesperadamente al Hombre, incluso valiéndome de tu ayuda, a pesar del hecho de que todo parecía indicar que él no existía. Lo cierto es que sí que existía. Pero hay un rincón del Ápex donde lo imposible es posible, se trata de la ficción como posibilidad. Allí, en el mundo del Ápex las leyes del cálculo de probabilidades pueden ser infringidas, allí puede aparecer un hombre más poderoso que el azar. ¿Se trata de un personaje de primera magnitud? Quizá sí.

Pero entonces yo también soy un personaje de igual rango y aquí no puedo evitar mostrarme exultante de alegría. Porque los personajes no mueren jamás, viven siempre que su mundo sea "leído". Y aunque una mujer jamás consiga besar a su amado, la vestal pintada en una urna griega sabe al menos que se la va a contemplar eternamente. Esa es mi apuesta y mi esperanza. Espero con toda mi alma ser el personaje de un relato y, aunque ya he pasado el ecuador de mi vida, no morir nunca porque, de hecho, no he vivido más que de tu admiración por mi alma y por mi cuerpo. Gracias Clara. Quizá no viva dentro de una historia importante, quizá sea sólo un personaje secundario pero, para una mujer que afronta su madurez teñida de tercera juventud, cualquier perspectiva es preferible a la de desaparecer para siempre.

Tuya siempre
Aurembiaix

Postdata: "Mi Hombre" está deseando conocerte.
                                                           
                                                                                    Johann R. Bach 

5 comentarios:

  1. ¡ Un derroche de imaginación!!! Si el yo pudiese asegurar su permanencia en un claro de luna, ¡sería maravilloso!. Me ha encantado.

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  2. COMENTARIO DE XANA

    Adoro a Aurenviaix y Clara, su amistad y amor de niñas a adultas conmueven toda la novela .Aurenviaix,ya ha encontrado el amor y no le ha sido fácil Ahora busca y sueña más allá con el Hombre-luz y la supervivencia atemporal de su yo, con ese lenguaje tan tuyo surrealista, allá en el Aspex donde todo puede ser infringido,sin rangos aunque ella al final "se comforme" con ser un personaje secundario antes de desaparecer para siempre.Jamás desaparecerá ninguno de ellos ,poeta ,gracias a ti, ni tú por ser leídos y además hacernos empatizar con ellos.Tampoco es sencillo un final: Creer que allí se abrirá una vida nueva, que nuestra vida actual es larvaria, un compás de espera. Que el yo, puesto que existe, debe encontrar una forma de asegurar su permanencia como el aire en un claro de luna."Cuánta belleza poética y esperanza onírica que pueda permanecer el yo anclado en un claro de luna.Gracias por adentrarnos a imaginar,y soñar algo ya difícil entre tanta miseria que nos rodea y el poco tiempo quizás empleado para nosotros mismos y a los que amamos en esta sociedad caduca que pretende abducirnos a la cuasi nada

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  3. COMENTARIO DE GRISELDA CORNI

    Es un final precioso , y aunque parezca inverosimil real del todo ,¿ A que mas puede aspirar el amor que a ser y estar como sea ?

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  4. COMENTARIO DE
    JOANA GARAY10:52

    Intensidad...

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  5. SEGUNDO COMENTARIO DE
    GRISELDA CORNI FINO

    Seria estupendo ser un inmortal aunque fuese de segunda , pero puesto que incluso el Universo parece perecedero ,hay pocas posibilidades de conseguirlo , quizas la poesia la belleza el amor se quede flotando , en la sopa de atomos electrones neutrinos etc , para el proximo renacer , que seguro volvera a ocurrir

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