TARDE DE OTOÑO
Ya sé que en Argentina es primavera,
pero no puedo evitar ese punto de melancolía al imaginar el vuelo de tus secretos, sobre todo cuando
aquí el sol ya está muy bajo
y daña las miradas aunque de reojo te observo y agradezco seguir aquí, cerca de ti, precisamente cuando el frío avanza buscando helar mis dedos.
Me gusta saber que sigues ahí.
Precisamente cuando nadie puede saber si las cosas, tal como están, van a continuar.
Me gusta observarte
cuando de repente te levantas y te vas aunque aparentemente no haya ocurrido nada que lo justifique;
En esos momentos todo ocurre
como si una niebla de un rincón del Universo No Observable viajase como ángeles y al igual que ella abandonas tu ordenador,
como si alguien hubiese juntado tu tiempo,
un tiempo preciso, y lo hubiese empujado a través de la puerta de tu habitación, y,
tus ojos brillan
como si el hidrógeno en el interior de las estrellas flotase sobre el platino incandescente mientras que aquí en la tierra los cerebros parece que se vuelven blancos.
Es en esos momentos cuando te siento ausente
y mi amor no te alcanza y, sin embargo, me siento contento porque a pesar de todo
me permites seguir aquí junto a ti.
Johann R. Bach
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