PLAYA DE ARENA BLANCA
Algún día, súbitamente,
la playa de arena blanca se deshará del nombre que habitó durante tantos años:
La marea negra invadirá ese lugar paradisíaco,
excluirá de su tiempo nuestros recuerdos y absorberá toda la luz de las islas.
Para entonces los turistas
ya habrán desaparecido en busca de algún otro lugar donde poder tomar el sol junto al mar.
Sólo imágenes rotas y edificios
-descuidados y oxidados por la lluvia ácida- que guardan en sus ojos órdenes de silencio serán testigos
de algo que, sin duda, ha de pasar
si los que tienen derecho a decidir no lo ejercen.
Johann R. Bach
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