MUROS NOCTURNOS
Cierto día te dije:
"No te quejes de mis silencios", ya que
por fin –y gracias a ti-
amo de mi existencia las horas tenebrosas en que más sensibles son mis sentidos.
En ellas he hallado,
como en documentos antiguos, mi vida cotidiana ya vivida,
lejana y superada,
como viaje leyenda.
En ellas he aprendido
que una séptima vida inmensa, intemporal, de amplios espacios tengo.
Y a veces soy
cual árbol maduro y susurrante, que alguna vez sobre la tierra húmeda cumple
el raro sueño aquel,
que el antiguo muchacho –en torno al cual se empujan sus cálidas raíces-
perdió en tristezas y en canciones.
Si a veces te molesto,
mi Diosa Cercana, con duros sobresaltos, en la larga noche, es porque rara vez
tu respirar escucho,
y te encuentras –lo sé-
sola en la oscuridad de tu lecho.
Y si algo necesitas,
ya no hay nadie disponible debido a lo avanzado de la hora y que
a tu palpar alcance
un simple vaso de agua.
Yo siempre escucho.
Dame un pequeño aviso
y me hallarás presto pues tan cerca estoy de ti.
Sólo un delgado muro
de mil kilómetros de grueso existe entre nosotros y es por azar que separa nuestros mares;
pues suceder podría
que a una llamada tuya, o de mi boca,
llegara a derrumbarse
sin rumor ni sonido.
Ya sabes que
Cierto día te dije:
"No te quejes de mis silencios".
Johann R. Bach
Es precioso. Si esa ninfa llegó a dudar en algún momento de tus silencios. Con esto tiene bien claro que la belleza de tu corazón estará por siempre a su lado.
ResponderEliminarSeguro que los silencios hicieron dudar, pero creo que ella pensaba mucho en tí. Aunque no te llegasen sus susurros a tus oidos.
y no se quejará de los sobresaltos, porque le enamora saber de tu alma escrita en palabras dulces.
No te preocupes , pues te llamará tan alto y claro que el universo creerá que se rompe con sus ecos...