RADIO SURREALISTA
No esperabas ninguna llamada
cuando la luna se tendía en las manos del último minuto. De repente la palabra responsabilidad parecía romper ese orgullo de plata que
atravesaba el aire de la habitación saliendo de un esotérico programa
de radio de una emisora nocturna.
Las persianas de los bares, cumplidos,
estaban cediendo y al doblarse dejaban la noche en los portales sin ecos musicales de personajes conocidos.
Unas notas se desprendían de algún piano,
nostálgicamente, y, un sencillo poema rompía la barrera de cera del pabellón auditivo; hacían diana en los huesecillos del oído, alcanzaban, a través de las trompas de Eustaquio, la saliva como un dolor envejecido.
Aquella música mezclada con sílabas
quemaba las heridas de un siglo envenenado y aunque ahora ya se pueden levantar rascacielos orgullosos como torres de Babel el mundo es otra cosa.
Es un lugar
donde aún quedan espacios llenos de romero, campos inundados de margaritas alrededor de tu piel destinada a los hechos.
Hacía años que la radio envejecía
bajo la galena y no lanzaba sonrisas y su música enlatada se fundía con el hielo:
En su cuerpo,
el brillo del bimetal enfriado por lo digital, se parecía a cualquiera de los nuestros.
Dabas la espalda a esa tecnología,
mirando el vacío como todos, desventurada, anónima, en medio de la espera que conducía tus pasos al amanecer cuando ya no sabías si podía ser la noche una forma difícil de electricidad, una interrogación desalojada o simplemente soledad y frío.
Pero aquella noche
algunas sílabas de luz llenas de sonrisas y mensajes cifrados se escaparon de la radio y encendieron tu corazón.
Unas palabras dichas al oído pueden hacer temblar los cimientos más duros construídos y limpiar de telarañas al corazón más triste. >_<
ResponderEliminar"Pero aquella noche
ResponderEliminaralgunas sílabas de luz llenas de sonrisas y mensajes cifrados se escaparon de la radio y encendieron tu corazón. "Oh mágica noche aquella donde la palabra tiende un puente abriendo ventanas al alma!!!