Como una Aurora Boreal
El sonido del agua en las rocas
era como si alguien bebiera en una botella
y el resto del mar gozaba
de una calma absoluta.
Los cangrejos escalaban las rocas
y cientos de pececillos pardos
paseaban bajo el agua cristalina.
Tú tenías los ojos fijos en las barcas
que flotaban sobre el horizonte,
el sol se había puesto a tu espalda.
Entonces sucedió. El cielo enrojeció;
las casas y las terrazas se iluminaron
como si miles de velas de color magenta
las hubieran invadido.
En todo el pequeño puerto
surgió la alegría. Se oía
a gran distancia el rumor de las palabras
y al mismo tiempo el silencio
que resbalaba de la montaña
se estrellaba contra las blancas paredes
tintadas de rosa.
De repente el mar te pareció un sueño
reflejo de un mundo tranquilo
y en paz consigo mismo
del que no querías despertar;
y, así se mantuvo hasta que las estrellas
limpiaron el cielo.
Al día siguiente los periódicos
discutían si fue un ovni
o un fenómeno eléctrico
como una aurora boreal
perdida frente a Cadaqués.
No había sido un sueño
y tú tuviste la necesidad
de escribir lo ocurrido.
Fue en aquel agosto de 1.96…
Elisa R. Bach
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