28 dic 2014

Cuando el fuerte viento anuncia los milagros con la voz del barco

SWING ANTES DE ACABAR EL AÑO

Inválidos
o personas con algún hándicap, protegidos por escuadras de policía urbana acuden en comitiva solemne a practicar deporte o a visitar museos para extirpar el vacío del alma.

El sindicato de músicos
exige con extrema urgencia un himno futbolístico que se pueda interpretar con la ocarina a punto de entrar en el censo de los pobres.

A pesar del frío y el viento,
el cielo se ha puesto el magnífico uniforme azul marino constelado de oro del almirante a punto de jubilarse.

El último reducto
de la música de tripulaciones de la flota pesquera infla enormes pompas de jabón mientras escucha cómo cantan habaneras las gentes congregadas en la playa.

Las buhardillas
ya no vierten poetas por los canalones.

La ciencia infusa
difunde a rienda suelta al estilo de las mujeres que al nacer ya tienen conocimientos.

Galopa, galopa.
Como los ciclistas aficionados en domingo. Galopa, galopa y critica a los que van en moto porque no tienes dinero ni para sacarte el carnet A

Después de cuatro cubatas
y tres birras, duerme, duerme… ¿Pero qué vas a hacer con las fantasías? o… ¿Dónde las has dejado?

Cuando el fuerte viento
anuncia los milagros con la voz del barco que exige el piloto a la entrada del puerto hay que ponerse la sonrisa nueva y disponerse a bailar swing en la plaza de La Virreina1.

Cuando la noche saque largas chispas
de los obesos somnolientos como el acero de sílex actúa como en caso de incendio: "sin prisa, pero sin pausa" o bien 

¡corre, grita, llora! 
Porque el año se acaba.

                                                                                            Johann R. Bach
1)          Plaza de La Virreina en el Barrio de Gracia de Barcelona

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