27 ene 2013

REMEDIOS PARA LA TIMIDEZ. LA CHICA DE KIEFHOLZSTRASSE Cap. 52

                              Niña de Rembrandt

 

  • Insomnio en altitud
  • Timidez

                                          COCA C15

                                          PULSATILLA C15

 

No he dormido en toda la noche.

Escribo estas líneas desde el refugio de montaña denominado Jungfraujoch situado a 3.454 metros de altitud a punto de que mis compañeros comiencen el ascenso al Jungfrau. Yo no voy a subir. No me encuentro bien. Siento una especie de desvanecimiento similar al que sentí cuando me dieron el primer beso en los labios a los quince años.

 

Ya me encontraba mal

mientras subíamos con el tren cremallera (el Jungfraubahn); la vista se me nublaba por momentos y en la espalda notaba un roce extraño al apoyarme en el respaldo de mi asiento como si tuviera granos de arena rozándome; las piernas apenas me sostenían y por mis manos corría un hormigueo molesto.

 

Los amigos han intentado animarme

y han insistido lo indecible para que no desista de la excursión, pero no me han convencido: Me encuentro realmente mal y quisiera volver a mi estudio, donde estaría a salvo de las miradas de los demás: unos me miran con pena, otros se molestan por mi debilidad,... todos parecen desaprobar mi actitud. Eso me hace sentir aún peor.

 

Hace un momento Angelika

me ha dicho que ella tampoco subirá al pico más alto del macizo situado al sur del cantón de Berna y se va a quedar conmigo en el refugio. Me he ruborizado como cuando un chico te dice por primera vez que le gustas.

 

Siempre he sido tímida.

Ahora siento que la sangre se me agolpa en las mejillas con sólo notar que me miran y siento en el estómago una sensación de vacío que me hace imposible mantener la mirada alta. Con la cara encendida y aturdida sólo espero que se marchen todos porque me da la sensación que su presencia me da dolor de cabeza; la ansiedad se apodera de mí; la respiración es difícil y entrecortada. El reloj parece haberse detenido; avanza lentamente como si le faltara cuerda... y yo sigo escribiendo para olvidar que lo estoy pasando mal.
 
                                                                                                        Elisa R. Bach
                                                                                             www.homeo-psycho.de

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