Agosto está a punto de resbalar desnudo
sobre la piel de millones de viajeros,
los mares de aguas azules
y árboles verdes se preparan
para acogerlos, acariciarlos,
envolverlos en su luz y llenar
de nuevos aires soledades acompañadas.
Hay viajes que se suman
al antiguo color de las pupilas.
Después de ver la isla de Calipso
¿es que acaso Odiseo volvió a mirar igual?
¿No se fijó un color como un extraño cúmulo
de algas en sus viejas pupilas?
Lo mismo que en los pliegues mínimos de la piel
se fosilizan besos y desdenes, así los ojos filtran
esa franja turquesa del mar que acuna islas,
medusas de amatista, blancura de navios.
La piel es vertedero de memoria
lo mismo que el poema
¡Cuidadla aquellos que soñais bajo el sol!
Pero acaso unos ojos extrañamente abiertos
de repente dibujen empapados de luz
un boscoso archipiélago perdido.
Leo P. Hermes
No hay comentarios:
Publicar un comentario