2 may 2010

Comentario sobre el cap. 32

A propósito del Cap. 32

 

Hola a todos/as

 

En este capítulo Elisa nos da su particular visión de los sofocos en la menopausia. Al igual que otros intérpretes de la semiótica Elisa compara, a lo largo de los capítulos de "La Chica de Kiefholzstrasse", nuestra vida con un libro cuyas páginas están en blanco (idea surgida de la actividad de escribir un diario); amplios espacios dispuestos a recibir la tinta junto a nuestra particular caligrafía. El libro se irá llenando de reseñas con nuestros esfuerzos y fatigas, pero también con nuestras emociones.

 

En ese libro, cada día escribimos (y por lo mismo también consumimos) una página. Un día, anotamos que sudamos después de una carrera, otra noche grabaremos con tinta negra la dificultad de conciliar el sueño, a veces escribiremos nuestras decepciones, otras noches anotaremos los placeres del amor. En ese Libro Diario de la Vida todo cuenta. Así, libremente, esculpimos en nuestra alma lo que queremos ser o lo que hacemos para llegar a ser.

 

A mitad del Libro, interpreta Elisa que la mujer alcanza una etapa en la que sufre unos sofocos producto de un calor interno que se expande alcanzando toda la superficie de la epidermis aunque en algunas mujeres se produce más en los lugares destapados y en otras en las zonas cubiertas por la ropa. Ese cambio lo explica Elisa, después de meditar sobre la experiencia observada en la Oficina de Correos, mediante sencillas metáforas en el último párrafo. En ese párrafo Elisa intuye "una nueva y prometedora vida" para la mujer que accede a la menopausia.

 

"Entretanto comparo en mi mente a esa acalorada señora que he observado en la oficina de correos con una isla de coral, emergiendo de una "vida anterior", haciendo esfuerzos para adaptarse a una nueva y prometedora "vida" como una crisálida que se esfuerza por romper el encierro de su capullo, buscando la brisa fresca y la sal".
                                                                                                                                              
                                                                                                                                                                  Comentario de Leo P. Hermes
El equipo de homeo-psycho.de         

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