19 nov 2013

La luz está recuperando amplias zonas de nuestro territorio y las tinieblas están retrocediendo

            GOTAS DE AMOR

 

Yo, Mesher,

un simple funcionario de la Última Región de los Andes, había comenzado a escribir unas memorias para que mi ejecución no resultara un sacrificio inútil y para que las ideas de paz no murieran en el olvido;

 

pues este país,

desgraciadamente ha caído bajo un torbellino de negras tinieblas, el mar que lo ha alimentaba se ha llenado de grandes cantidades de mercurio y ya no nos procura alimento como antaño.

 

Los campos tienen sed

y ya no producen flores que puedan dar cobijo a las abejas pues la primavera ha huido despavorida y las gotas de amor ya han caído en el olvido.

 

Ignoro cuánto caminé

entre tinieblas y espantos antes de que me detuvieran aunque por el ventanuco entra aún una luz suave que me toma.

 

Encogido abro los ojos.

 

algo nuevo está sucediendo:

las paredes de esta mazmorra me parecen más tiernas, sus manchas parecen maravillosos diagramas de mapas,

 

las letras de los ajusticiados

que pasaron por aquí son auténticos códigos de sabidurías que yo desconocía,

 

abecedarios de mi lengua.

 

Una mano depositada con suavidad

en mi hombro me ha despertado. Dudo de si es otro sueño de los que uso para auto medicarme o son los dedos suaves y delicados de alguna desdichada compañera condenada como yo.

 

Sus ojos, de color verde, son bonitos

y su luz cae sobre mi piel húmeda como su sonrisa. He querido hablar, pero de mi garganta sólo sale un apagado grito que presiento como una bendición de mis últimos días en este mundo.

 

Ella ha puesto un dedo sobre mis labios

indicándome que no hable y con la vista me da a entender que los carceleros nos escuchan,

 

acerca su boca a mi oído

y me habla en mi prohibido idioma el más querido de todos cuantos hablo. ¡Ah! Ese idioma antiguo que al oírlo inflama de visiones que chocando con la lengua, origina sumas musicales.

 

Me da ánimos para que resista

porque la luz está recuperando amplias zonas de nuestro territorio y las tinieblas están retrocediendo.

 

Del cielo –prosigue su relato-

caen ingentes cantidades de agua potable que discurren por torrentes inesperados limpiando de minerales tóxicos las playas.

 

Todo en mi vida

comienza a dar un vuelco inesperado, sus noticias son aire fresco en mis pulmones; sus palabras, gotas de amor en mi garganta que me han salvado.

 

                                                                      Johann R. Bach

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