6 dic 2014
tiempos en que las tardes se alargaban por encima de las miradas.
5 dic 2014
Tiempos en que el sol se ponía su traje de seda y azafrán y en las brasas del cielo ardían los sueños.
Tiempos en que el sol se ponía su traje de seda y azafrán y en las brasas del cielo ardían los sueños.
¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS!
Cuán presto se va el placer,
cómo después de acordado da dolor
cómo a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado fue mejor.
Jorge Manrique
¡Qué tiempos aquellos!
Tiempos en que el sol se ponía su traje
de seda y azafrán y en las brasas del cielo ardían los sueños.
Tiempos en que era importante
la hora de la siega y las amapolas y los brotes verdes amarilleaban,
tiempos en que las tardes se alargaban
por encima de las miradas.
Tiempos en que, por ejemplo,
se removía de nuevo el jazmín y nos revestíamos del tacto de sus pétalos; tiempos en que creíamos que el ciprés miraba el paisaje, sinuoso,
y en la tierra densa
veíamos las filas de chopos como un orden natural; los ríos calmados, bosques de encinas como signos sagrados y los compactos pinos marítimos, los campos de maíz y girasoles una muestra de bienestar futuro.
¡Qué tiempos aquellos!
Tiempos en que la luz se volvía piel
y el día era transparente.
No eran tiempos estáticos,
fluían como todo en el Cosmos: la tramontana, como siguiendo una lógica mística, se llevaba por delante los excesos del verano y
lloraba el crepúsculo su destino
en la esfera de la oscuridad,
mientras que nosotros aprovechábamos
aquellos descuidos del mes de septiembre para llevarnos a los labios la pulpa de las uvas.
¡Qué tiempos aquellos!
Johann R. Bach
2 dic 2014
Sí, mucho antes de que llegases junto a nosotros había ya dolores de todos los tamaños
KATRINA BLUES
¡Katrina!
Nunca dejaste caer tanta agua
sobre esta ciudad.
¿Qué pretendes hacer aquí, donde es tanta la indigencia, y son tantos los seres que, a pesar de todo, creen en la música
único bien que poseen
en este New Orleans ya lleno de penas?
¿Qué vienes a hacer sobre estas casas,
en las que no estamos seguros ni ante nuestra propia vida, en las que vivimos como fugitivos junto a la huida, que ha entrado con nosotros?
¿Qué has venido a hacer Katrina
sobre nosotros, que estamos cansados y hemos dejado nuestro coraje fuera, en calles inundadas, asustadas?
¿Qué quieres de nuestros pequeños huertos,
que son más viejos que el más viejo de nosotros?
¿Tienes algún recado
para las cenizas de quienes hemos resistido, harmónica en mano, a tu huracanada violencia?
¿Por qué interrumpes
la melodía de todos esos viejos en su recordar inacabable? Los niños se han despertado y se sorprenden, y
hay como una cólera
en el aire que la madre no puede disipar. Ella estrecha los pequeños rostros, uno tras otro, sobre sus rodillas, pero cada rostro sabe y ya nada podrá ser como antes.
Había vida en New Orleans
y en los intersticios de la muerte antes de que tú vinieras. Sí, mucho antes de que llegases junto a nosotros había ya
dolores de todos los tamaños
y música de blues como única fuente de felicidad.
Ahora ya sólo nos queda recordar
el crujido de la madera y la oscuridad bajo la escalera mezclándose con las notas roncas de nuestras voces como un contrabajo desafinado.
Con todo el blues no traza fronteras
ni límites frente al bien y el mal, y frente a lo desconocido y sigue ahuyentando a los fantasmas en los espacios vacios, en nuestras habitaciones y a medianoche.
Johann R. Bach
Atónito ante aquella escena no pude mover ni un músculo,
30 nov 2014
¿Le oían acaso las estrellas puras?
si el rumor que levantan mis sentidos al despertar no me estorbara tanto
ENAMORADA MUJER CASADA
Busco desesperadamente
que la calma se imponga, como lluvia que viene a socorrer la sed del acónito, dentro y fuera de mí.
Si lo que es azaroso e impreciso
y la risa vecina enmudeciera;
si el rumor que levantan mis sentidos
al despertar no me estorbara tanto como el marido infiel que ronca todas las noches en mi lecho …
Entonces yo podría,
en un polifacético meditar, conocerte hasta tu extremo, soñar contigo y amarte aún en tu ausencia, y
en posesión fugaz como sonrisa,
a todo lo viviente regalarte todos mis pensamientos como una acción de gracias.
Presiento que pronto todo va a cambiar
de la misma forma que se siente el resplandor de una página nueva sobre la que aún todo puede llegar a ser.
Entretanto mi saliva fluye
cada vez que pienso en ti.
Johann R. Bach