5 sept 2015

Salí, no obstante, vibrante


UNA VOZ DESCOLGADA DE LAS CORTINAS

Entré en el hospital
con el ánimo por los suelos.

Un negro túnel cruzaba mi cabeza cocida
en un horno microondas retorcido

y agitado contra los metales de sus paredes,
tirado, barrido en un montón como la basura.

Salí, no obstante, vibrante
y vendados mis huesos con anchos surcos de crepúsculo

una palabra: convalecencia obligatoria y

una palabra seca y mate 
abrigada en las llagas de invierno

una voz descolgada de las cortinas
como único consuelo 

                                       Johann R. Bach

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